Tsalantum Cacao Trinitario de Guatemala
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121,80 € /kg
| Energía | 2713 kj / 646 kcal |
| Grasa | 53 g |
| de los cuales ácidos grasos saturados | 32 g |
| Hidratos de carbono | 17,3 g |
| del mismo azúcar | 0,3 g |
| Proteína | 14,5 g |
| Sal | 0,1 g |
100% Cacao en pasta
Guárdalo en un lugar fresco y seco. Consúmelo en los 3 meses siguientes a su apertura.
Nuestra Tsalantum El cacao de Guatemala pertenece a la variedad Trinitario, una variedad de sabor fino, origen potente y carácter suave. La forma en que se procesan los granos y sus características son un testimonio de lo que es este cacao: calidad, profundidad y manejo cuidadoso desde el origen hasta ti.
Su sabor tiene cuerpo y es cremoso, con delicados matices de cítricos, plátano y especias, presentes de forma natural en el cultivo mixto de la región. Sus sabores amargos están agradablemente contenidos y la composición general tiene una fina ligereza agridulce.
Este cacao te invita a estar presente y a soltarte al mismo tiempo: un estado de flujo claro e inspirador en el que la concentración y la suavidad danzan juntas.
Guatemala -origen de nuestro cacao Tsalantum- es un país lleno de contrastes: laderas volcánicas densamente cubiertas de vegetación, bosques de montaña envueltos en niebla, vastas mesetas... y un patrimonio profundamente arraigado de cultura indígena, conocimiento de las plantas y cultivo consciente.
Aquí, en las tierras altas de los mayas, la tierra y la historia se encuentran en una profundidad especial. El cacao no sólo tiene su origen geográfico en esta región, sino también un significado espiritual. No se consumía simplemente, sino que se celebraba: como vehículo para abrir el corazón, la comunidad y la conexión. La diversidad de Guatemala es evidente en todas las dimensiones: en el clima, en los paisajes, en la gente.
Al sur se encuentra el lago de Atitlán, uno de los más profundos y bellos de Centroamérica. Rodeado de volcanes, exuberante vegetación y animados pueblos, irradia una poderosa tranquilidad, incrustada en un paisaje de arena volcánica negra, suaves lagunas de cráter y abundancia tropical.
Los volcanes activos -como el famoso El Fuego - no sólo caracterizan el panorama, sino también la fertilidad del suelo en el que prosperan el cacao y muchas otras plantas.
El norte del país es diferente: más denso, más fresco, más tranquilo. Aquí, oculto en lo profundo de la selva tropical, se encuentra uno de los yacimientos mayas más importantes de Guatemala. Un lugar que es más que silencio arqueológico: un lugar de poder que sigue atrayendo a personas de todo el mundo en busca de profundidad, memoria y sabiduría original. Esta conexión con el pasado no ha pasado.
A día de hoy, en Guatemala viven 23 grupos de población indígena, muchos de ellos descendientes de los mayas. Conservan sus lenguas, rituales y modos de vida - vivos, no como museos. Casi el 40 % de la población pertenece a estas comunidades y transmite sus conocimientos a través de las generaciones, entrelazados con la tierra, la cultura y el poder de las plantas.
Nuestro cacao de Guatemala pertenece a la familia de Trinitarios Acriollados y, por tanto, pertenece a la Trinitario - una combinación armoniosa de la fina y aromática Criollo-el sabor y lo robusto Forastero-variedad.
Este cacao especial es cultivado por empresas familiares en las tierras altas de la región de Alta Verapaz, no lejos del río Dulce, donde es cosechado y procesado a mano por empresas familiares locales. El cultivo no sólo sigue normas de alta calidad y sostenibilidad: las cooperativas también participan activamente en la reforestación de la región. Allí, prospera en cultivo mixto con plátanos, cítricos, pimienta, canela y vainilla, plantas que no sólo aportan profundidad de sabor a su carácter, sino que también contribuyen a darle forma genética.
Este método de cultivo orientado a la diversidad no sólo genera cosechas adicionales para las familias locales, sino que también es especialmente natural y sostenible. Las plantas acompañantes mejoran la estructura del suelo y proporcionan a las plantas de cacao un agarre firme. El sistema de campos se complementa con proveedores de sombra específicos, como árboles de teca, caoba, cedro y pino, que crean un microclima en el que el cacao puede madurar tranquilamente.
Las leguminosas que cubren el suelo también aportan nitrógeno de forma totalmente natural, un regalo para el suelo y las plantas que crecen en él. Una característica especial del método de cultivo de este cacao es la ausencia total de fertilizantes: el suelo es naturalmente tan rico en nutrientes que proporciona a las plantas los suficientes.
Tras una cuidadosa recolección, los frutos del cacao no se abren con un machete, como suele hacerse, sino cuidadosamente con un garrote. Esto mantiene los granos intactos y preserva su alta calidad.
La fermentación se realiza tradicionalmente en cajas de madera forradas con hojas de plátano y dura unos siete días. A continuación, las judías se secan suavemente en túneles de secado especiales con luz solar indirecta. A continuación se lleva a cabo un proceso de selección manual, durante el cual se eliminan las judías dañadas, las piedras y otros objetos extraños.
A diferencia de otros países, los residuos de cadmio en el suelo no suelen ser un problema en Guatemala. No obstante, cada dos o tres años se realizan pruebas de laboratorio para confirmarlo. Se presta una atención estricta a evitar los agentes químicos a lo largo de todo el proceso de producción, desde el cultivo hasta la purificación de los auxiliares utilizados.
Un principio rector clave en la selección de nuestros socios de cooperación para el cacao de Guatemala es el cultivo en armonía con la naturaleza. Nos abstuvimos deliberadamente de talar zonas forestales para el cultivo. En su lugar, muchas de las explotaciones familiares implicadas están comprometidas activamente con la renaturalización de antiguos pastos, donde ahora vuelve a crecer selva virgen joven y bien cuidada.
Este tratamiento cuidadoso de la planta y sus orígenes se refleja también en el método de procesamiento: las judías no se fermentan juntas, sino que se procesan por separado para cada familia. Así se preserva la individualidad de cada cosecha, y es posible abastecerse de judías de una familia concreta.
Este proceso no sólo reconoce la individualidad de los cultivadores, sino que también crea transparencia y garantía de calidad: se puede identificar específicamente el potencial en la estructura de la judía y desarrollarlo conjuntamente, en intercambio directo con la población local.
Los agricultores de nuestra cooperativa asociada aprecian especialmente la fiabilidad y confianza que se les ofrece en su cooperación. A diferencia de otros comerciantes, que a veces utilizan trucos en el pesaje, a los agricultores de esta cooperativa se les paga según sus rendimientos exactos. Además, nuestra cooperativa asociada financia la certificación ecológica de las explotaciones familiares, lo que aumenta significativamente el valor de mercado de su cacao. Los precios de compra estables y en aumento anual proporcionan a los agricultores seguridad en la planificación financiera.
Nos complace especialmente el contacto tan personal entre nuestra cooperativa asociada y las empresas familiares locales. La población local disfruta de esta conexión, que va más allá de los negocios, y está orgullosa de que sus habas lleven alegría al mercado europeo. Gracias al contacto personal, las empresas familiares locales no sólo se interesan por el precio de su cacao, sino que ahora también se centran cada vez más en la calidad que exige el mercado europeo.
Nuestros socios se comprometen a invertir en el desarrollo de infraestructuras, como la construcción de escuelas y la asistencia médica local. Gracias a esta iniciativa, la gente se da cuenta de que nuestros socios no sólo se preocupan por los negocios, sino también por una conexión sincera con la comunidad local y su cultura.
Cuando el director gerente de nuestra cooperativa asociada preguntó un día a las empresas familiares locales por qué tenían tanta confianza en él, le respondieron: ''Nunca nos has defraudado. Y vemos tu buen corazón'. La forma en que nuestra cooperativa socia trabaja junto con los guatemaltecos locales demuestra que una relación cooperativa con una perspectiva a largo plazo ofrece un valor añadido significativo y produce frutos sostenibles para todos los implicados.
Los valores orientados al futuro de todos los implicados en el proceso de cultivo y producción de este cacao también se reflejan, por supuesto, en su forma de trabajar.
Tsalantum te da el don de la energía vital para crear tus visiones personales en la realidad. Con facilidad, te ayuda a reconocer con claridad tus diversos potenciales y nuevos caminos. Coopera contigo de un modo que te permite pensar a lo grande, dándote la seguridad en ti mismo y la confianza básica para seguir tu camino individual como una cuestión de rutina. Este cacao sirve de marco estable que también te proporciona impulsos creativos para que te desenvuelvas con colorido. Es una maravillosa simbiosis de cualidades fluidas y ardientes, que te lleva a un agradable flujo energético en armonía con tu ritmo personal..
Nuestra recomendación: Vainilla en polvo Alor
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